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ACCESIBILIDAD DESDE UNA SILLA DE RUEDAS (PERO ELÉCTRICA).

La empresa norteamericana en la cual daba conferencias, después de haber observado como su esposa debía empujar su silla de ruedas manual, decidió regalarle a Daniel Seara una silla motorizada para que pudiese desplazarse con autonomía por las calles de la ciudad. Nunca imaginaron que lo que ellos veían como una solución para él sería un verdadero problema. Daniel es argentino pero, desde 2007, reside en la ciudad de Madrid, España, porque allí cuenta con las condiciones de accesibilidad necesarias para trasladarse de manera independiente y poder trabajar algo que en Buenos Aires, según sus propias palabras, resultaría prácticamente imposible.

 

“Yo acá puedo ir en colectivo o en subte a todos lados porque la empresa de transporte, que depende de Municipalidad, hace revisiones de las rampas de sus unidades todos los días”, contó este asesor de informática que, a causa de las afecciones provocadas en su cuerpo por la poliomielitis, se desplaza en una silla a motor. Y agregó: “Cuando se hace un reclamo porque una rampa no funciona, la misma inmediatamente comienza a andar bien porque el organismo de control responsable se preocupa por examinar más frecuentemente aquellas líneas que sabe que son utilizadas y, además, te explican porque motivos la rampa está fuera de servicio”.

 

Las secuelas de la polio no le habían impedido a Daniel caminar con normalidad hasta que, en 2000, se fracturó por tercera vez la pierna izquierda y una infección en la misma le provocó un debilitamiento muscular del cual no se pudo recuperar. “Si bien, en ese entonces, ya utilizaba silla de ruedas manual el paso a una eléctrica, en vez de una facilidad, fue una complicación porque las veredas de la Ciudad de Buenos Aires están destrozadas y porque muchas de las rampas de las esquinas, cuando las hay, están rotas o están mal hechas debido a que, por la propia caída de la calle, el ángulo es tan cerrado que, al bajar, los ‘pedalines’ de la silla se traban en el asfalto e impiden que puedas circular. En Madrid, en cambio, tenes la posibilidad de descender en diagonal y no quedar varado porque las rampas ocupan toda la esquina”, relató Daniel.

 

Varias son las similitudes que unen a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.) con la ciudad capital de España. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en la Argentina en donde no se implementan políticas públicas que resuelvan la problemática de la falta de accesibilidad, los adelantos madrileños en la materia se basan, fundamentalmente, en el respaldo de un sistema estatal que está pensado para encontrarle una solución colectiva y definitiva a las cuestiones vinculadas al acceso físico de una persona con discapacidad motriz o con movilidad reducida. Al respecto, Daniel sostiene que “Es necesario que se establezca un mecanismo de control del cumplimiento de las normas vigentes y que la Municipalidad porteña tenga en su página web un sector en el cual se puedan reportar las infracciones referentes a esta temática y se pueda hacer también un seguimiento de dichos trámites”.