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EMPATÍA Y RESPETO, LAS CLAVES PARA PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO.

Generar una transformación social que nos permita ser consecuente con la realidad del otro implica movernos de nuestra zona de confort e ir más allá de las vivencias cotidianas de cada uno. Por eso, la posibilidad de subirse a una silla de ruedas e intentar desplazarse me parece una actividad fundamental para que una persona sin movilidad reducida pueda ponerse en el lugar de alguien que sí la tiene”, afirma Ciro Caceres, dirigente de la Rama Caminantes del Grupo Scout San Patricio, acerca de la importancia de realizar campañas de concientización ciudadana que inviten a ponerse en el lugar del otro, mientras procesa la experiencia que tanto él como sus chicos acaban de vivir.


El Puente de la Mujer, ubicado en el Dique 3 de Puerto Madero -en Pierina Dealessi y Manuela Gorriti- fue el punto de encuentro elegido por los miembros de Acceso Ya y su equipo de voluntarios, conformado por personas con y sin movilidad reducida, para desarrollar una propuesta que se repite, mes a mes, en plazas, parques y distintos puntos estratégicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, esta vez, la ya tradicional campaña “Ponete en mi lugar” contó con una particularidad que le otorgó una mirada y un comienzo diferente. La participación de un grupo de adolescentes, de entre 14 y 17 años, pertenecientes a la Rama Caminantes del Grupo Scout San Patricio, junto a algunos de sus coordinadores, dio lugar a un espacio de conocimiento e interacción entre los jóvenes y los miembros de la ONG. Ávidos por poner en práctica los valores de respeto, hermandad y solidaridad, basados en la Promesa y la Ley Scout, tras haberse interiorizado brevemente sobre el trabajo que realiza Acceso Ya en defensa del derecho a la accesibilidad al medio físico, los jóvenes ofrecieron a los transeúntes que circulaban por la zona información sobre la relevancia que posee poder contar con entornos accesibles, amigables e inclusivos.


Somos nosotros los que siempre, por falta de información, desconocimiento y educación, como sociedad, les dificultamos las posibilidades de acceso, circulación y desplazamiento a las personas con movilidad reducida”, cuenta María Graciela, una mujer que caminaba por Puerto Madero, junto a su esposo, y le llamó la atención el stand de Acceso Ya, con el lema “Derecho a una Ciudad Sin Barreras”. “La Argentina es nuestra casa y debería ser accesible para todos”, destaca María Graciela.


Ciro, en la misma línea de pensamiento, remarca la importancia de acercar la problemática de la falta de accesibilidad a los jóvenes porque “van a ser la próxima generación y que tengan consciencia de la existencia de un otro al que deben respetar y ser solidarios, desde chicos, en el futuro, para la construcción de un mundo mejor, en donde las personas sean autosuficientes como individuos y jueguen un papel constructivo en la sociedad”.


Para ser autosuficientes como individuos y jugar un papel constructivo en la sociedad, las personas con movilidad reducida necesitamos condiciones de accesibilidad edilicia. Necesitamos rampas en los accesos, ascensores o plataformas elevadoras y baños adaptados porque únicamente así lograremos desarrollar al máximo nuestras potencialidades, en igualdad de condiciones con el resto de los ciudadanos. Por eso, en la Semana de la Concientización por la Promoción de Los Derechos de las Personas con Discapacidad, desde Acceso Ya, queremos recordarte que el derecho a la accesibilidad física es un derecho primordial para el pleno goce de todos los demás derechos humanos y libertades fundamentales.