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EN PRIMERA PERSONA: MARTÍN ARREGUI.

Martín Arregui tuvo un accidente cuando tenía 25 años que lo dejo en una silla de ruedas. A partir de ese hecho, su vida dio un giro y tuvo que adaptarse a las barreras arquitectónicas que atraviesan todas las personas con discapacidad día a día.              

“Hace 20 años atrás, la accesibilidad era más complicada que ahora. Antes, tenía que diagramar el día para ver donde había un baño accesible. Me acostumbré a manejarme ante las barreras arquitectónicas porque no quería quedarme fuera de ciertas cosas”, opinó Martín Aguirre.                                                       

El 29 de octubre de 1995, Martín regresaba a su casa en auto, cuando el vehículo donde viajaba, volcó. Este accidente le provocó una lesión medular que le impidió mover su cuerpo durante un tiempo. A través de la rehabilitación y de imponerse metas diarias, logró continuar con su vida y combinar la rehabilitación con los deportes.

Natación o básquet eran las opciones más recomendadas por los médicos para Martín pero a él no le gustaban. A pesar de las indicaciones de los médicos, realizo deportes extremos como parapente, esquí adaptado, paracaidismo y rugby en silla de ruedas. En muchos de estas actividades deportivas, Martín fue un pionero y formó parte del Comité Paraolímpico Internacional de Rugby en silla de ruedas, donde representó al país.


Una vez que terminó su etapa deportiva, Martín comenzó a trabajar por la accesibilidad en el Programa de Turismo Accesible del Servicio Nacional de Rehabilitación y hoy realiza capacitaciones sobre el tema en destinos turísticos de todo el país. En su trabajo, Martín lidia con la falta de acceso que existe en gran parte del país. En ese sentido, resaltó: “En el interior, se hace muy difícil transitar. En Jujuy y Tucumán los cordones son muy altos porque son lugares históricos que se hicieron hace tiempo con adoquines y llegar a esos lugares, cuesta mucho. Ni hablar cuando vamos al interior de una provincia donde los únicos espacios accesibles son las calles asfaltadas”.

                                        

Para lograr más lugares accesibles, Martín señaló la importancia de que las personas con discapacidad participen de ese cambio, por eso afirmó: “Las personas con discapacidad tenemos que lograr un empoderamiento, saber qué espacios están adaptados y que haya una mayor difusión de esos lugares. Muchas veces, la sociedad no está informada y no sabe cómo ayudar por eso hay que concientizar y explicar. De esta forma, el entorno se vuelve amigable”. Asimismo, señaló el rol que deberían asumir los sectores públicos y privados: “Las empresas privadas y los ámbitos públicos deben ver la accesibilidad como una inversión”.


Para Martín una ciudad accesible implica una ciudad para todas las discapacidades. Respecto a esto, puntualizó:   “La  discapacidad motriz es la que más se hace oír y está logrando resultados pero si queremos que la ciudad sea accesible, tenemos que hacerla no solamente para que una silla de ruedas pueda pasar sino también para personas con discapacidad auditiva o visual”.


Muchas gracias Mailen Maradei, quien es la autora de la nota.