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LA ACCESIBILIDAD COMO BANDERA DE LA INCLUSIÓN SOCIAL.

Tu escalera me condena”, “Donde hay una necesidad, hay un derecho”, “Si no hay rampa, no hay camino”, “Quiero estudiar, necesito entrar”, “Un par de escalones me arruinan una cita” y “Una barrera arquitectónica, urbana o en el transporte, representa una oportunidad perdida” son solo algunas de las tantas frases que las personas con movilidad reducida utilizamos para tratar de explicar lo que significa la falta de accesibilidad en nuestras vidas. Debido a que la ausencia de un entorno accesible, amigable e inclusivo, que nos permita ingresar, circular y permanecer en distintos espacios en igualdad de condiciones con los demás, constituye una barrera fundamental en el acceso al goce de todos los demás derechos y libertades fundamentales.


Los miembros y voluntarios de Acceso Ya- personas con y sin movilidad reducida- estamos convencidos de que lo discapacitante es el entorno. Por eso, como parte de la Semana de la Concientización para la Promoción de los Derechos de las Personas con Discapacidad (PcD) -se conmemoró entre el 29 de noviembre y el 9 de diciembre- queremos recordarte que el derecho al acceso al medio físico es primordial para que las personas con movilidad reducida puedan participar activamente de la vida social y desarrollar al máximo sus potencialidades, así como también contarte cuáles fueron nuestros logros durante el 2018.


Acceso Ya, hace casi dos décadas, promueve la inclusión social de las personas con discapacidad motriz. Investiga, releva y denuncia las barreras arquitectónicas presentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.), y trabaja para lograr eliminarlas. En tal sentido, este año, se presentó a la justicia un informe pericial acerca de los niveles de accesibilidad en las escuelas públicas de la Ciudad. El relevamiento -iniciado en 2013- indicó que sobre un total de 810 escuelas públicas registradas, 411 cuentan con accesibilidad básica -rampa de ingreso, baños adaptados, aulas accesibles y señalética correspondiente- , 218 poseen accesibilidad total -garantizan la circulación horizontal y vertical de una persona con movilidad reducida- y en las 181 restantes, las condiciones de accesibilidad son nulas. En consecuencia, el Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se comprometió a presentar un plan de accesibilidad que cumpla con la sentencia vigente en el menor tiempo posible.


Otro de nuestros ejes de acción fue lograr la accesibilidad en todas las estaciones de la red de subterráneos de la Ciudad. Nos sumamos, en carácter de coactor, a la demanda contra Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE), Metrovías S.A. -empresa concesionaria de la red de subterráneos de la Ciudad-, el Ente Único Regulador de los Servicios Públicos (EURSP) y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) y logramos que el juez que entiende en la causa, Roberto Andrés Gallardo, titular del Juzgado n.° 2 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, dicte una medida cautelar que obliga a las entidades responsables a dotarla de accesibilidad. Asimismo, tras las denuncias realizadas por el incumplimiento de la medida cautelar, el juzgado interviniente ordenó la constatación de todos los mecanismos de elevación existentes en las estaciones y al comprobarse que una gran parte de ellos estaban fuera de servicio, así como también que la información disponible en el sitio web de Metrovías -www.metrovias.com.ar- no se condecía con la realidad, el juez Gallardo decidió elaborar un acta de infracción por cada escalera mecánica, plataforma elevadora y ascensor que se haya sin funcionar.


Durante el Rallydad 2018 mostramos la falta de accesibilidad que impera en muchos locales comerciales y, después de varios meses de trabajo, conseguimos que la cadena de Helados Freddo construyera una rampa de acceso en el ingreso de la sucursal ubicada en la Avenida Córdoba 2045.


Sabemos que aún nos queda mucho trabajo por delante para construir una Ciudad Sin Barreras, pero asumimos el desafío de seguir esforzándonos para conseguirlo. Porque las condiciones de accesibilidad nos otorgan, a su vez, la posibilidad de gozar del derecho a la educación, a la salud, al trabajo y al esparcimiento. Una rampa, un ascensor o plataforma elevadora y un baño adaptado significan para las personas con movilidad reducida la posibilidad de ser partícipes de una sociedad con oportunidades para todos. Una sociedad que, en vez de excluir, sepa enriquecerse en y desde la diversidad. Una sociedad que sepa aceptar las diferencias y respetarlas. Una sociedad en la que todos podamos desarrollar la empatía con respecto a las realidades de los otros y podamos hacer el esfuerzo de ponernos, aunque más no sea por un momento, en sus lugares para respetarlos y hacerlos respetar. Porque únicamente así lograremos construir una sociedad más justa e inclusiva que todos nos merecemos.