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LOGRAMOS ACCESIBILIDAD EN UN CENTRO DE SALUD PORTEÑO.

La situación me llevó a denunciar la falta de accesibilidad en Acceso Ya y los directivos del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno” (CEMIC) -sede Talcahuano-, tras la rápida intervención de nuestro equipo de legales, instalaron una plataforma elevadora con su correspondiente señalética en el ingreso a la institución y se comprometieron a retirar las rampas antirreglamentarias ahí presentes.


Hace unas semanas, en este mismo espacio, expliqué los motivos por los que la rampa de acceso al prestigioso centro de salud ubicado en la calle Talcahuano 1234, en el barrio porteño de Palermo, constituía una burla a las personas con movilidad reducida. A travesar la segunda entrada -la primera no presenta ningún tipo de dificultad u obstáculo porque está a nivel- significaba superar una rampa, cuya inclinación era inapropiada y, al ser de base tan amplia, las barras laterales no cumplían con la función de servir de apoyo para que las sillas de ruedas o coches de bebés no se vayan, de golpe, hacia atrás o adelante.


La ausencia de adecuadas condiciones de accesibilidad hace que, al desplazarme en silla de ruedas, una acción tan simple como concurrir a una consulta o práctica médica se convierta en una actividad difícil de concretar. Un complicado escollo a sortear, porque me resulta imposible ingresar y egresar de la institución de manera cómoda, autónoma y segura. Es decir que, en otras palabras, en el CEMIC Talcahuano no cuento con los medios necesarios para acceder, circular y permanecer, en igualdad de condiciones con los demás pacientes.


El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en julio de 2018, publicó los resultados preliminares de una investigación denominada Estudio Nacional sobre el Perfil de las Personas con Discapacidad, que reveló que uno de cada diez argentinos convive con algún tipo de discapacidad. Sin embargo, a nueve meses de su difusión, parece que el derecho a contar con un entorno libre de barreras físicas en los ámbitos arquitectónicos, urbanos y en el transporte -tal como lo establece la Ley Nacional de Accesibilidad, Ley N° 24.314- y el derecho a poder elegir libremente, de acuerdo a las opciones que me ofrece la obra social, el centro de salud más cercano a mi domicilio sigue siendo un privilegio de unos pocos.


Como persona con movilidad reducida y miembro de Acceso Ya, considero fundamental que todos los centros asistenciales, tanto públicos como privados, cuenten con condiciones de accesibilidad porque únicamente así, ningún ser humano se verá impedido de gozar de un derecho humano impostergable como es el derecho a la salud. Es indispensable que todas las instituciones que ofrecen servicios de salud garanticen la seguridad, comodidad y autonomía de las personas con movilidad reducida en relación a los accesos, circulación y permanencia en los múltiples espacios de sus sedes.


Tomar conciencia sobre lo que representa la problemática de la falta de accesibilidad edilicia significa comprender que el derecho al acceso al medio físico es primordial para el goce de los demás derechos y libertades fundamentales de los seres humanos. Así, por ejemplo, un entorno amigable e inclusivo posibilitaría que ninguna persona quedase excluida de acceder a un servicio de salud por falta de rampas, ascensores o plataformas elevadoras y baños adaptados.