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RALLYDAD 2019: UNA CARRERA QUE TE PERMITE VIVENCIAR LA REALIDAD DEL OTRO.

Acá falta accesibilidad”, “Accesibilidad con autonomía”, “Escuelas accesibles ya”, “Si no hay rampa, no hay camino” y “Donde hay una necesidad, hay un derecho”, entre otras frases, podían leerse en letras negras sobre fondo amarillo. Una larga fila de sillas de ruedas vacías servía de sostén a los carteles que, al igual que ellas, esperaban el inicio de la acción. A lado, mientras un grupo de voluntarios con remeras de Acceso Ya -ONG organizadora del evento- invadía la Plaza General Pueyrredón del barrio porteño de Flores y sus alrededores, un stand con la leyenda “Derecho a una Ciudad Sin Barreras” invitaba a acercase y preguntar de qué se trababa la actividad.


Un par de nubarrones grises y unas incipientes gotas de agua cubrían el cielo. Sin embargo, más de un centenar de personas -entre las que estaban algunos miembros del Grupo Scout de Argentina Santa Francisca Javier Cabrini y el grupo Paya- participaron de la 13ra edición de Rallydad, “el Rally más duro de la ciudad”, para conmemorar un nuevo aniversario de la sanción de la Ley Nacional de Accesibilidad, Ley N° 24.314, y demostrar que, a 25 años de su promulgación, aún falta muchísimo para poder decir que contamos con un entorno accesible, amigable e inclusivo. Los “competidores”, personas con y sin movilidad reducida, de esta particular “carrera” se subieron a una silla de ruedas y vivieron, en un breve recorrido, la experiencia de sortear los diferentes obstáculos que ofrece la Ciudad de Buenos Aires a las personas que tienen dificultades de movilidad.


El Rallydad 2019, único en silla de ruedas, largó por la Avenida Rivadavia y el comienzo, en comparación a lo que vendría después, fue alentador. Porque, apenas unos metros después del punto de largada, los presentes pudieron constatar el normal funcionamiento de los ascensores de la estación Flores de la Línea A de subtes. El recorrido siguió hasta el Cine Atlas Flores - Rivera Indarte 44- que, si bien cuenta con dos salas y baños adaptados en la planta baja, tiene un ingreso con desnivel y tres salas en la planta alta a que se accede únicamente por escalera. Esas escaleras sin salvar, una vez más, evidenciaron como una barrera arquitectónica excluye a las personas con movilidad reducida de gozar, por ejemplo, del derecho a la diversión y al esparcimiento.


A continuación, retomaron la Avenida Rivadavia para dirigirse hasta la Galería “San José de Flores” que tiene un escalón sin salvar en el ingreso y, pese a contar con rampas en su interior, éstas no son funcionales a las necesidades de los usuarios, debido a que son excesivamente pronunciadas y sus pendientes son antirreglamentarias. Además, tampoco las correspondientes barandas se ajustan a la altura adecuada para facilitar la autopropulsión de la personas que se desplazan con de silla de ruedas.


La siguiente parada fue en la Escuela N° 02 Florencio Varela, ubicada en Caracas 10, que tiene dos ingresos con escalinatas sin salvar por ningún medio de elevación mecánico. El trayecto siguió por Avenida Rivadavia hacia la calle Fray Cayetano Rodríguez 27. Allí, los cientos de usuarios de silla de ruedas que acudieron al evento detuvieron su marcha frente a la sucursal del Correo Oca para señalar que las medidas de la puerta de ingreso al lugar no les permiten el acceso por ser demasiado angostas. Avanzaron unos metros hacia adelante y frenaron nuevamente ante la presencia de otra barrera arquitectónica más. La entrada principal de la Escuela N° 19 Leandro N. Alem, en donde cuatro escalones y ningún medio mecánico de elevación hacen imposible el acceso de una persona con movilidad reducida. No obstante, el establecimiento posee un ingreso alternativo con rampa pero su pronunciada pendiente y sus medidas antirreglamentarias la convierten en una opción no recomendable. Además, tampoco cuenta con un ascensor o plataforma elevadora que conecte la planta baja con el primer piso, a donde se encuentran la biblioteca, el laboratorio y la sala de computación, entre otros espacios. Más allá de que ninguna barrera arquitectónica puede ser un impedimento para que un niño pueda gozar del derecho a la educación, cabe destacar que este es un año electoral y ninguna persona con movilidad reducida debería verse imposibilitada de poder ejercer su deber y derecho ciudadano a sufragar por falta de accesibilidad en las escuelas y colegios designados a tal fin.


La anteúltima etapa de este Rally urbano visibilizó la falta de accesibilidad de una manera diferente. Otra vez un par de escalones se hicieron presentes en el ingreso a la Escuela Museo de Bellas Artes, ubicada en Yerbal 2370. No obstante, la “marea humana sobre ruedas” que llegó hasta el lugar se encontró con una exposición de cuadros en la vereda. La protagonista de la muestra es Alejandra Álvarez, una joven con movilidad reducida que se desplaza con un andador y, al no poder ingresar a este espacio cultural, decidió exhibir sus obras en la calle para que todos pudieran disfrutarlas “Me pareció una manera original de reclamar por la falta de accesibilidad. Siento que pudimos visibilizar como la ausencia de espacios adaptados hace que una persona con mis mismas condiciones de movilidad se vea privada de ser partícipe de las distintas actividades y eventos artísticos que existen”, contó mientras pintaba un cuadro con el logo que identifica a Acceso Ya. “Es una linda manera de colaborar y mostrar que lugares como los museos, galerías de arte o cines son, o deberían ser, parte de la cultura y la vida diaria de todas las personas”, agregó Alejandra que, además de ser artista plástica, es abogada y vivió su primer Rallydad como voluntaria de la ONG.


Finalmente, en la última etapa, los participantes se acercaron a la estación Flores de Ferrocarril Sarmiento con la idea de viajar hasta la estación Floresta pero no pudieron hacerlo porque la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE), un día antes del evento, les informó a las autoridades de Acceso Ya que no les permitirían el ingreso a la estación por tener una rampa de acceso antirreglamentaria. Esta situación representa un absurdo porque las personas con movilidad reducida exponen diariamente su integridad física ante estas irregularidades. Si bien, en el momento, un represente de SOFSE dio la cara y afirmó que “la rampa estaba habilitada para acceder a la estación” no hizo falta hacerlo para darse cuenta que la misma no estaba en condiciones de ser utilizada.


El grupo de percusión Cafundó, junto al grupo Paya, le puso música y color al cierre de una jornada que, una vez más, a 25 años de la promulgación de la ley 24.314 que reconoce el derecho de todos a contar con un entorno accesible, amigable e inclusivo; dejó en claro que aún queda mucho por hacer en pos de lograr una ciudad libre de barreras físicas en ámbitos arquitectónicos, urbanos y en el transporte.