Emilse nos escribió porque su hijo tiene un retraso madurativo motriz y se mueve en silla de ruedas. Viven a tres cuadras de la estación Floresta de la línea de ferrocarril Sarmiento, el tren que usan para viajar tanto al centro de la ciudad como a la localidad de Moreno. Hacer uso del servicio resulta una odisea para ellos ya que todos los accesos al andén tienen escalera. Así, cada vez que van a tomar el tren alguien debe ayudarlos a cargar la silla mientras Emilse sube a su hijo a upa.
Nosotros nos preguntamos: ¿Es necesario someter a las personas a semejante situación? ¿Cómo es posible que la infraestructura de un servicio tan importante como son los trenes no contemple a las personas con discapacidad? Aclaramos que no se habla de dos o tres escalones sino, como se ve en la foto, de escaleras con todas las letras, tanto en el acceso al ramal que va a Once como el que va a Moreno. Y hay más: “A ello hay que sumarle que el túnel que conecta los dos andenes, ¿qué tiene? Sí, señores, escaleras”, termina Emilse en su mail.
Este reclamo se suma a dos recientes del mismo tipo: el de Fabia, que denunció escalones en el paso a nivel sobre la calle Carrasco al 100, y el de Emigdio, que denuncia la ausencia de obras que permitan el cruce sin riesgo de una persona con discapacidad, en la calle Chivilcoy a la misma altura. Ambos, también, sobre las vías del Ferrocarril Sarmiento. Mucho se dijo en los últimos meses sobre la renovación de los coches de esta línea; sin desmerecer este avance, debemos reclamar por la efectiva adecuación de los accesos a los andenes porque el servicio también incluye éso: poder llegar y salir de las estaciones en condiciones de seguridad, comodidad y autonomía, no sólo subirse al tren.