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ACCESO YA. LA ODISEA DE INTENTAR SER PROFESIONAL.

“Nos parece fundamental que todas las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, en todos los niveles de enseñanza, cuenten con condiciones de accesibilidad porque así, únicamente, ninguna persona con movilidad reducida se verá impedida de gozar de un derecho humano tan primordial como es el acceso a la educación”, enfatiza María Josefina Macías, coordinadora de Acceso Ya, acerca de un de los ejes de trabajo de la ONG.

La lucha por conseguir la accesibilidad edilicia en los establecimientos educativos no es reciente. Por eso, Acceso Ya, una vez más, ante un hecho de discriminación por falta de accesibilidad y también por falta de respeto y consideración hacía una persona con movilidad reducida, inició los reclamos correspondientes para que la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), ubicada en la ciudad de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, realice las obras de accesibilidad necesarias para garantizar el acceso, permanencia y circulación de los alumnos con dificultades de movilidad.

Tal es el caso de Ana Laura Torres, una joven de 24 años, estudiante de primer año de la licenciatura en Enfermería. A los 15 años, le diagnosticaron la enfermedad de Charcot–Marie–Tooth (CMT) –una neuropatía hereditaria que afecta los nervios periféricos, es decir los nervios que están por fuera del cerebro y la médula espinal- que, entre otras tantas lesiones, le provoca una fractura crónica de tibia y peroné y una esclerosis degenerativa- deformidad rotacional compleja tridimensional de la columna, resultado de la degeneración progresiva de los elementos vertebrales en la edad madura-. Pese a ello, Ana Laura decidió sortear las múltiples barreras arquitectónicas presentes y también enfrentarse a la falta de empatía y respeto de autoridades, docentes y compañeros. “La profesora de Ciencias Biológicas, por ejemplo, me dijo que esta no era una carrera para mí”, relata. Y agrega: “Las Personas con Discapacidad acá, en Comodoro, somos ignoradas porque no existe ninguna organización pública ni privada que defienda nuestros derechos. No hay organismos de control y nadie respeta nada”.

Respecto a las condiciones de accesibilidad de la UNPSJB, Ana Laura, explica que “la rampa de ingreso al edificio es tan extensa y tiene una pendiente tan elevada que es más cómodo y seguro subir y bajar por las escaleras, agarrada del pasamanos”. Inmediatamente después, se encuentra con el segundo obstáculo a superar: los molinetes. “No hay una puerta de acceso para las personas con movilidad reducida y los encargados de seguridad nunca están en la puerta para solicitarles que me abran el molinete. Entonces, tengo que esperar que alguna persona bien predispuesta me ayude a pasar”, continúa esta mujer, de espíritu inquebrantable, que concurre al lugar con el tiempo de anticipación suficiente para –espera mediante- no llegar tarde a clases.

La odisea, una vez en el interior del establecimiento, sigue en las aulas y en los ascensores. “Cuando curso en el tercer piso, tengo que hacer una combinación entre dos ascensores porque uno de ellos solo llega hasta el primero o subir un piso por escalera porque nadie me cede el lugar, entonces tengo que esperar veinte o treinta minutos para poder utilizarlo”, asegura.

Al mismo tiempo, Ana Laura, afirma que “la falta de consideración hacia el otro es la causal de que tampoco se respeten los asientos, de las primeras filas, supuestamente, reservados para personas con movilidad reducida”.

“Lamentablemente, para el Ministerio de Educación de la Nación la problemática de la accesibilidad tampoco es una prioridad en la agenda pública. No obstante, todos los edificios destinados a sedes educativas están obligados a realizar las obras de adaptación necesarias a fin de garantizar la accesibilidad, tanto vertical como horizontal, y permanencia de las personas con movilidad reducida en dichos espacios”, remarcó Macías.

Por eso, Acceso Ya continúa trabajando para garantizar a todas las personas con dificultades motrices del territorio nacional el acceso a un derecho tan fundamental como es el derecho a la educación, en todos sus niveles.

Acerca de Acceso Ya:

Acceso Ya es una Organización No Gubernamental (ONG), que no recibe fondos ni subsidios estatales, financia sus proyectos únicamente a través de los aportes de particulares y es la única ONG de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A.) que trabaja exclusivamente para garantizar la accesibilidad física. Nuestro objetivo es lograr que se eliminen las barreras arquitectónicas de la ciudad porque estamos convencidos de que el acceso al medio físico es el punto de partida para que las personas con discapacidad motriz o movilidad reducida puedan ejercer sus derechos y libertades en igualdad de condiciones con las demás personas, vivir de manera independiente y alcanzar el desarrollo pleno de su personalidad. 

Estadísticas:

Según el último censo (2010), el 12,9% de la población de Argentina convive con algún tipo de discapacidad. Son alrededor de cinco millones de personas, de las cuales más de 800 mil tienen discapacidad motriz. Si a este número se le suman las personas con movilidad reducida, transitoria o permanente, -niños pequeños, mujeres embarazadas, personas mayores y lesionados temporales-, la accesibilidad se convierte en un problema de la mayoría.