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RALLYDAD: UN RECORRIDO NO APTO PARA TODOS.

El propósito de Acceso Ya es lograr una ciudad libre de barreras físicas en los ámbitos arquitectónicas, urbanos y en el transporte. Por eso, una vez más, como cada año, celebró el Día Nacional de la Accesibilidad con el tradicional Rallydad. Se trata de un breve recorrido en el que personas con y sin movilidad reducida se suben a una silla de ruedas y viven la experiencia de sortear los diferentes obstáculos que ofrece la Ciudad de Buenos Aires a las personas que tienen dificultades de movilidad.


La 13ra edición del “Rally más duro de la ciudad” se realizó en el barrio porteño de Flores y convocó a más de un centenar de personas que se dieron cita en Plaza Flores -Avenida Rivadavia, entre Gral. José Gervasio Artigas y Fray Cayetano Rodríguez- para conmemorar un nuevo aniversario de la sanción de la Ley Nacional de Accesibilidad, Ley N° 24.314, y demostrar que, a 25 años de su promulgación, aún falta muchísimo para poder decir que contamos con un entorno accesible, amigable e inclusivo. 


María Josefina Macías, coordinadora de Acceso Ya, se refirió a los objetivos que persigue la ONG al llevar adelante este evento. “Buscamos generar una conciencia social acerca de la importancia de ponerse en el lugar del otro y respetar el derecho al acceso al medio físico en condiciones de seguridad, comodidad y autonomía, así como también la posibilidad de permanencia tanto en lugares públicos como privados”, afirmó. En la misma línea, Juan José Santillán, coordinador de voluntarios, expresó que “este Rally fue paradigmático porque acabamos de visibilizar, en unas pocas cuadras, una importante cantidad y variedad de espacios y obstáculos urbanos a los que el colectivo de personas con movilidad reducida debe enfrentarse diariamente. Por eso, como voluntarios, es necesario comprometernos y continuar aunando esfuerzos en pos de una causa que nos beneficia a todos”. 


Pasadas las 15 horas, el Rallydad 2019, único en silla de ruedas, largó por la Avenida Rivadavia y los primeros obstáculos fueron las veredas en mal estado y las rampas rotas, lo que hizo aún más difícil el paso de los “competidores”. El recorrido siguió hasta el Cine Atlas Flores - Rivera Indarte 44- que, si bien cuenta con dos salas y baños adaptados en la planta baja, tiene un ingreso con desnivel y tres salas en la planta alta a que se accede únicamente por escalera. 


Posteriormente, todos los participantes de esta particular “carrera” se dirigieron nuevamente hacia la Avenida Rivadavia hasta la Galería “San José de Flores” que tiene un escalón sin salvar en el ingreso y una persona con movilidad reducida, al intentar sortearlo, pone en riesgo su integridad física. Además, las rampas en su interior son excesivamente pronunciadas y las pendientes son antirreglamentarias. Tampoco las correspondientes barandas se ajustan a la altura necesaria para la autopropulsión de la persona usuaria de silla de ruedas. 


El recorrido continuó por Avenida Rivadavia hasta la calle Caracas donde se encuentra la Escuela “Florencio Varela” que tiene dos ingresos con escalinatas sin salvar por ningún medio de elevación mecánico. Allí, no solo cursan chicos por la mañana y la tarde, sino que también en el turno noche los adultos tienen la posibilidad de terminar sus estudios y/ o aprender un oficio como computación, cocina, etc.


Luego, siguieron por Avenida Rivadavia hacia la calle Fray Cayetano Rodríguez 27 y se detuvieron frente a la sucursal del Correo Oca para señalar que las medidas de la puerta de ingreso al lugar no permiten el acceso de una persona usuaria de silla de ruedas. A continuación, siguieron unos metros por la misma cuadra y frenaron fuente a la entrada principal de la Escuela N° 19 Leandro N. Alem, en donde cuatro escalones y ningún medio mecánico de elevación hacen imposible el acceso de una persona con movilidad reducida. No obstante, el establecimiento posee un ingreso alternativo con rampa pero su pronunciada pendiente y sus medidas antirreglamentarias la convierten en una opción no recomendable. Además, tampoco cuenta con un ascensor o plataforma elevadora que conecte la planta baja con el primer piso, a donde se encuentran la biblioteca, el laboratorio y la sala de computación, entre otros espacios.


La Escuela Museo de Bellas Artes, ubicada en Yerbal 2370, fue la próxima parada y aquí otra vez un par de escalones se hicieron presentes en el ingreso. Finalmente, en la última etapa del Rallydad, los participantes marcaron la falta de accesibilidad en la estación Flores. La Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE), pese a haber sido comunicada formalmente de la actividad, nos respondió que no procederían a permitirnos el ingreso a la estación, por tener una rampa de acceso antirreglamentaria. Esta situación representa un absurdo porque las personas con movilidad reducida exponen diariamente su integridad física ante estas irregularidades. Asimismo, contaron que en la siguiente estación –Floresta- los accesos cuentan con un ascensor de cada lado pero ambos están inhabilitados. Permanecen enrejados y, a su vez, la reja está cerrada con un pasante de hierro y candado. Entonces, los ingresos quedan restringidos únicamente a la posibilidad de poder utilizar las escaleras. 


Una vez más, a 25 años de la promulgación de la ley 24.314 que reconoce el derecho de todos a contar con un entorno accesible, amigable e inclusivo; quedó claro que aún queda mucho por hacer en pos de lograr su ejercicio pleno.